La voz de Simón

Simón, galileo, pescador de oficio, fue uno de los primeros seguidores de Jesús quien le cambió su nombre por Pedro, (en arameo Cefas, que quiere decir piedra). En los evangelios destaca entre los demás discípulos por su sinceridad, su amor al Maestro pero también por su impulsividad y sus dudas. Mientras se realizaba el juicio a Jesús negó tres veces ser un seguidor suyo; pero luego su arrepentimiento fue tal, que dedicó su vida a formar discípulos de Jesucristo, sufriendo azotes, cárceles y muerte confesando la resurrección de su Maestro y Señor.Su voz puede oírse en las líneas de quienes escribieron los Evangelios y los "Hechos de los Apóstoles". En la Biblia tenemos dos de sus cartas. Estas son algunas de sus declaraciones:





Su testimonio acerca de Jesús:

"...Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. 
Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien mataron colgándole en un madero. A este levantó Dios al tercer día e hizo que se manifestase... y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por juez de vivos y muertos. 
De este dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre" 
Registrado en los "Hechos de los apóstoles" 
Capítulo 10, vs.37 al 43


Cómo deben vivir los cristianos:

"Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos pecaminosos que batallan contra el alma.
Por causa del Señor, someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores... porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo el bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos;
como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios...
Si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurado sois... porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal
Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.

Primera carta de Pedro, 
Capítulo 2, vs.11,13-16; 3, vs.14,15,17


La esperanza de los cristianos:

"El día del Señor vendrá... 
los cielos pasarán con grande estruendo... 
y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. 
Pero nosotros esperamos según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
Por lo cual, oh amados, estando a la espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación..." 

Segunda carta de Pedro, 
Capítulo 3, vs.10,13-15

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