“Evangelistas en contra de la nueva educación”

“Evangelistas arman protesta contra nueva educación.” “Increíble, fanatismo llega a San Martín y pretende imponerse”. Este fue el titular que se publicó en primera página en este diario el jueves 22 del pasado diciembre. El corresponsal Franclin Laván redactó una nota de manera informativa y objetiva, que la portada no refleja. Merece varias aclaraciones. No lo hice antes por mis ocupaciones, pero hoy me tomo unos minutos para corregirlo, confiando como siempre en la buena disposición de este influyente diario para dar a conocer todas las voces, como la de este colaborador.


La protesta a la que alude, es el plantón que se realizó el 21 de diciembre frente al ministerio de educación en Lima, al cual asistieron unas 15 mil personas. De manera simultánea se dio en varios departamentos del país siendo algunos de ellos: Arequipa, La Libertad, Loreto y San Martín.

Empecemos aclarando el propósito del plantón. No es una protesta contra la “nueva educación” en su totalidad, sino contra una parte de ella, específicamente, en contra de la imposición de la ideología de género que ésta “nueva educación” contiene. Tampoco es un fanatismo que pretende “imponerse”, puesto que en un país de libre expresión todos pueden usar su derecho para expresar sus opiniones de manera personal o grupal. El año pasado vimos una marcha en contra de la candidata Fujimori y otra a favor del entonces ministro Saavedra, y creo que nadie entendió que dichas marchas pretendían “imponer” al resto su opinión. Buscaban hacerse oír, hacer sentir su propuesta, sea protestando o apoyando. Sucede lo mismo con los plantones y marchas en contra de la política educativa del gobierno respecto a la implantación de la ideología de género… la cual sí es una imposición.

Aclaremos también lo de “fanatismo”, un calificativo innecesario y hasta despectivo, como si las personas que protestaron fueran llevadas por un apasionamiento desmedido dejando a un lado la  razón para defender meras creencias religiosas. Esta visión es incorrecta. Si bien son muchos los evangélicos (y de diferentes denominaciones) que se han organizado para “armar” estas marchas y plantones, no son los únicos que participan en ellas; participaron también diversas personas, padres, autoridades, legisladores, católicos y no religiosos; porque es una convocatoria general, que busca hacer sentir una voz diferente, la que todavía no encuentra mayor cabida en los medios masivos de comunicación. Es una protesta de parte de un gran sector de la población que considera inapropiado y errado, que se incluya la ideología de género en los programas curriculares de educación inicial, primaria y secundaria. Y bueno, esta posición también debe ser respetada.

Y valga la aclaración: Quienes estamos en contra de la ideología de género (me incluyo), no fomentamos la discriminación ni la desigualdad. Sí, estamos a favor de que a nuestros hijos se les enseñe a respetar y a tratar a todo ser humano por igual, bastando su condición de tal. En lo que no estamos de acuerdo es que para lograr esto, se precise incluir terminología y enseñanza propia de la ideología de género, porque sostenemos que será perjudicial para la formación de nuestros hijos y para el futuro de nuestra sociedad. ¿Las razones?, muchas, y no se basan en un fanatismo religioso como algunos también creen; son argumentos que deberían ser escuchados en serio, y que espero poder explicar en posteriores publicaciones.

Finalmente, si los padres (sean evangélicos o no) están en desacuerdo con una parte de esta “nueva educación”, y lo expresan diciendo: #ConMisHijosNoTeMetas es porque la misma constitución les ampara y demanda: 
“El Estado reconoce y garantiza la libertad de enseñanza. Los padres de familia tienen el DEBER DE EDUCAR a sus hijos y el DERECHO de escoger los centros de educación y de PARTICIPAR en el proceso educativo”. 

Cuidado con lo que entendemos. Cuidado con la información que manejamos.



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