Entradas

Mostrando entradas de abril, 2012

Nacer de Nuevo

Imagen
“Es necesario nacer de nuevo. El que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios” *.  Las palabras de Jesús sorprendieron al teólogo y religioso Nicodemo. Él era un judío fariseo, celoso cumplidor de la Ley. No era un mentiroso, inmoral, ladrón o asesino. Todo lo contrario. Se esforzaba por hacer el bien, estudiaba las Escrituras, asistía fielmente a la sinagoga (la “iglesia” de aquel entonces), y esperaba así poder entrar al reino de Dios. Por eso le era incomprensible que tanto él como el más vil pecador, ambos, de igual manera necesitaran nacer de nuevo.

¿Jesús fue vegetariano?

Imagen
La importancia respecto a si Jesús fue vegetariano o no, radica en que establece un precedente, un pensamiento, un modelo a seguir para quienes nos consideramos sus discípulos (Por que si él fue vegetariano, los cristianos deberíamos también serlo. Si no, el ser vegetariano es una opción). La respuesta, por supuesto, tenemos que buscarla en el relato de los evangelios, los escritos de sus apóstoles y en los demás escritos de la Biblia.

Poncio Pilatos y nuestros políticos

Imagen
Representaciones por las calles y películas por la televisión. Cada Semana Santa recordamos la entrega de Jesús de Nazaret; y con él, a un discípulo que lo traicionó, a otro que lo negó; a religiosos cegados por su orgullo y avaricia; y a una clase política que se parece mucho a la nuestra. Cualquier parecido con la actualidad no es coincidencia.

Ejecutores de una extraña crucifixión

Imagen
La crucifixión era un método de ejecución aplicado en el imperio romano. Era la pena capital para los de nacionalidad no romana. Una muerte lenta, dolorosa, humillante, y “aleccionadora” porque el ajusticiado quedaba en lo alto, a la vista de la gente por varios días. Fue muy usado. Pero para los soldados romanos que crucificaron a Jesús, fue una experiencia sin precedentes, en extremo inusual, extraña e intimidante. Lo primero que llamó la atención a los soldados encargados del ajusticiamiento fueron las sentencias dadas: En el juicio religioso fue condenado por blasfemia, por llamarse Hijo de Dios. Una acusación nada común, y un atrevimiento incomprensible en medio de una religión que lo castigaba con la muerte. En el juicio civil fue condenado por llamarse el Mesías, “El ungido”, es decir, el Rey de los judíos. Otro atrevimiento, provocador e incómodo para los romanos y sus reyes puestos en los territorios de Palestina.