Sendero Fatal

Indignación, desconcierto, tristeza, impotencia. Algunos de los sentimientos que muchos de los peruanos compartimos al ver que líderes senderistas no están arrepentidos. Que su ideología todavía sigue viva.

¿No sienten culpa y dolor? No. Ellos consideran que es el mismo dolor que por años sus familias y muchos peruanos han sufrido: La injusticia, muerte, pobreza y explotación de una sociedad donde el que tiene más quiere más de aquel que tiene cada vez menos, ha producido una cosecha de odio. ¿El culpable? El sistema capitalista. Dicen que si es destruido, el hombre podrá ser reeducado y cambiará y será bueno. Para lograrlo: La revolución armada. “Los muertos son parte del costo social" ¿Y el retroceso del comunismo en el mundo? No les preocupa. Es solo parte de un largo proceso.

Fatal error: Basar su ideología en la creencia que el hombre nace bueno y que la sociedad lo corrompe. Aterradora contradicción: Masacrar y torturar para dar mejor vida. Obviar los derechos humanos para luego darlo ¿a los que sobreviven?.

Es cierto que la sociedad promueve la injusticia pero lo hace como resultado de lo que los seres humanos somos. ¿Será tan difícil reconocer que en nuestro interior hay una inclinación al mal? Basta ver al padre de familia prepotente, la mujer que murmura de su vecina, el joven que envidia el talento de otro o el niño que se resiste a obedecer. Jesús enseñó que la corrupción no entra de afuera hacia adentro, sino que nace del interior. Hay que cambiar primero al hombre, entonces cambiará la sociedad.

Con la fuerza, la amenaza y el miedo sólo se reprime la naturaleza injusta del hombre. Las leyes, las autoridades y la educación mejoran el nivel de vida y desaceleran el avance del mal pero han fracasado en cambiar al ser humano. En los miles de años de historia con reinos, imperios, gobiernos y dictaduras, el mal y la injusticia siempre han prevalecido. Sea con el socialismo, capitalismo, con mucho o poco, lo material no ha logrado ni jamás logrará la dicha soñada porque el ser humano es también un ser espiritual, y es en lo espiritual que requiere un cambio. Por eso Jesús dijo que el hombre no sólo vive de pan”, no sólo de comida, vestido, casa, sino de mucho más. Para vivir requerimos de “alimento espiritual”. Necesitamos de Dios.

Para esto apareció Jesús, quien por encima de cualquier líder revolucionario dijo*: “Yo soy el sendero, la verdad y la vida", el único medio para tener a Dios y dar solución al problema de raíz del hombre y la sociedad. No por un sendero de odio y armas, sino con el amor y la verdad. No por alguna estructura religiosa (porque la religión también tiene su historia de muerte e injusticia) sino por la fe personal que produce un nuevo nacimiento, que revive el espíritu y da muerte a esa inclinación al mal; para hacer el bien, promoviendo lo justo, luchando por la causa de Jesucristo, con la certeza futura de ser transformado y vivir en una nueva sociedad, justa y eterna que él sólo establecerá.

Esto es parte de la ideología que salvará al hombre de su servilismo al mal. El mensaje del único y verdadero sendero: Jesús.

* Mateo 4:4; 15:19,20; Juan 14:6; Apocalipsis 21:2-5




[Publicado el 21 de julio del 2012]



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