Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2011

A los hijos, con disciplina y amor.

En la crianza de hijos, todos los padres debemos recrodar siempre estas dos palabras: Disciplina y Amor. Son dos componentes básicos e indispensables que todo niño requiere recibir de sus padres para su sano crecimiento emocional, social y moral; y esto, desde su nacimiento; pues la escasez o el exceso de cualquiera de ellas afectará negativamente en la formación de su personalidad. El exceso de disciplina (mal entendida y mal aplicada), en un hogar muy severo, lleno de reglas y prohibiciones, que le exigen al niño un comportamiento mayor al que corresponde a su edad, con padres impacientes, iracundos, que no toleran equivocaciones, y que hacen uso y abuso de los gritos y castigos; puede ser tan nocivo para los hijos como lo opuesto: Un exceso de “amor”; un hogar sin reglas ni prohibiciones, sin ninguna responsabilidad para ellos. Con padres que les engríen en demasía y evaden su papel de formadores, “incapaces” de negarles algo, corregirles o aplicar algún justo castigo.

Evangelio, Machismo y Violencia Familiar

Imagen
“…Como a vaso más frágil” es la orden que el apóstol Pedro da a los esposos respecto al honor que deben darle a sus mujeres. Es más, en su carta les recuerda que no deben considerarlas en menos pues son coherederas de la gracia , y advierte claramente que ningún hombre puede pretender estar bien con Dios sino trata bien a su esposa. Cuando esto sucede, la comunión con Dios se perjudica y sus oraciones ya no son escuchadas.

Doble discurso en la problemática del adolescente

Imagen
Por la televisión, la radio y los diarios nos enteramos de los tantos problemas entre adolescentes: drogas, sexo y alcohol; embarazos no deseados, abortos; anorexia, “bullying” y hasta suicidios. Desde hace unas semanas la televisión nacional transmite la voz de alarma de autoridades, sicólogos y maestros respecto al baile del “perreo” y las “peras malogradas”, situaciones en las que escolares de 12, 13 años visitan hostales o casas para fumar, beber alcohol, y bailar simulando posturas sexuales. De esta situación en particular trata la presente reflexión.