Ya elegimos… ¿ahora qué?

Ya elegimos a nuestras autoridades distritales, provinciales y regionales. ¿Y ahora qué?

Lo primero: Aceptar los resultados y respetar la decisión de la mayoría. Hay que someterse a las leyes de la democracia tal como lo enseñó el apóstol Pedro*: “Por causa del Señor sométanse a toda institución humana, ya sea al rey… a los gobernadores…” al voto popular, al ONPE, al JNE. Los que no fueron elegidos no deben acusar de fraude sin pruebas, ni llamar irresponsablemente a las protestas y a la violencia. Todos los ciudadanos debemos apoyar el orden, la paz y el respeto mutuo si en verdad se desea el bien del pueblo.

“Porque esta es la voluntad de Dios: Que haciendo el bien, hagamos callar la ignorancia de los hombres insensatos”. Por eso, dejando de lado todo interés particular y partidario, sería bueno que todas las agrupaciones pongan a disposición de la autoridad elegida, su sincera intención de apoyar, concertar y compartir sus planes de gobierno; pues en los mítines y los debates hemos oído muy buenas propuestas, buenas ideas, que si se complementaran y se trabajara en equipo, la ciudad resultaría muy beneficiada.

Si las nuevas autoridades hacen un buen trabajo, todos ganamos. Sólo los mezquinos esperan que las nuevas gestiones fracasen, pues según ellos, así tendrán “más oportunidad” en las próximas elecciones... Triste sabotaje al desarrollo de nuestros pueblos. Por otro lado, sólo las autoridades egoístas y orgullosas pretenden gobernar solos. Quien ama a su pueblo busca lo mejor y convoca a los técnicos y a las personas más capaces de los demás grupos políticos para ocupar ciertos cargos, pues comprende que ha sido elegido para el bien del pueblo y no para el bien de su propio partido ó de aquellos que invirtieron en su campaña.

Finalmente, hay que cumplir con los compromisos. Todos los candidatos y militantes han declarado con su voz y su participación que quieren lo mejor para su ciudad. Entendemos que ese es un deseo permanente y no sólo un sentir que aparece cada cuatro años. Lo mejor: No necesitan estar en el gobierno para hacer algo. Ya lo demostraron durante la campaña. Los hemos visto trabajando y dando, regalando herramientas y materiales de construcción, sorteando víveres y artefactos, ayudando a vecinos necesitados, compartiendo refrigerios, limpiando la ciudad, cortando maleza, etc. Por favor, ¡sigan haciéndolo! Hay mucho que su partido puede y debe hacer de manera regular. Si no, quedará en la memoria que sólo pretendían “comprar” votos. El verdadero compromiso con el bienestar del pueblo no se muestra sólo en tiempos electorales sino siempre.

Aceptar y respetar. Concertar y apoyar. Trabajar y dar. Son formas de cumplir con el mandato bíblico de respetar a la autoridad, honrar a todos, amar a los hermanos... y sobre todo temer a Dios, pues al hacerlo, reconocemos que es él quien tiene toda autoridad, y que él la delega, y por lo tanto demandará buen ejercicio de ella; así como el apoyo de todos nosotros para que la puedan ejercer bien.

Ya elegimos. Nuestra responsabilidad continúa.




* 1ª Carta del apóstol Pedro 2:13-17
Publicado el 9 de octubre del 2010

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