La vida no es un referéndum

Su vida no se somete a ningún referéndum. Los demás no tienen porque decidir por usted. Ni su madre, ni su pareja, ni sus amigos, ni la sociedad deben hacerlo. Usted es quien decide en su vida y lo que será en el futuro.

En democracia, los gobernantes son elegidos por mayoría de votos, y ciertos asuntos se deciden por consulta popular por medio de referéndums, pero la vida personal no. Y a pesar de que nuestras vidas no están regidas por la democracia, muchos se han acostumbrado a tomar decisiones basados en la opinión de los demás, en el “qué dirán”, como si sometieran su vida a un continuo referéndum.

Es obvio que a los demás les agrada decidir por nosotros. La sociedad pretende imponernos sus ideas respecto a cómo vivir, qué filosofía seguir, cómo divertirnos, qué comprar, qué vestir y en qué creer, presionando con sus comentarios ó haciéndonos sentir mal cuando no somos como ellos. La radio, la televisión, la publicidad y la música hacen lo suyo de manera muy atractiva y persistente, reflejando el estilo de vida de la mayoría, y pretendiendo “moldear” el pensamiento y conducta de los demás a su semejanza.

Cuidado. Somos por naturaleza seres sociales y ciertos “moldes” son necesarios para la convivencia; pero hay “moldes” que no deberíamos aceptar por más que la mayoría los use, sobre todo aquellos que obvian la convicción personal, la razón y la opinión de Dios.

La fiesta de Halloween es un ejemplo de ello. La publicidad, las tiendas y discotecas anuncian que hay que celebrarlo. Muchos en otros países desarrollados lo celebran… ¿pero por eso debiéramos celebrarlo nosotros? Primero, hay que saber del porqué de la celebración. Y por supuesto no hay sustento razonable para hacerlo, porque el mal, las brujas y lo tenebroso no tienen virtud alguna para celebrar.

Otro caso es la religión. Por ejemplo: ¿se ha preguntado por qué usted es católico? ¿Es sólo por historia y tradición?... ó ¿por qué es usted evangélico? ¿Sólo porque sus padres lo fueron?... Lo que usted cree: ¿Es una decisión propia resultado de una seria reflexión, ó en realidad sólo sigue a otros? Muchos sólo siguen a los demás. Nunca cuestionaron sus creencias. Dejaron que otros decidieran en su lugar y no ellos mismos.

Espacio faltaría para ejemplificar con otros casos más. Sucede con la política, los negocios, las costumbres del pueblo, las diversiones, la cerveza, el cigarro, la vida sexual, el enamoramiento, el casamiento, la crianza de los hijos, etc. En todos los aspectos de la vida hay valores que seguimos y principios que usamos para tomar decisiones; y en ninguno de ellos somos libres de la influencia y presión de los demás.

Cuidado: Seguir a la mayoría no siempre es lo mejor. La mayoría no siempre es buena consejera. Al contrario, Jesús advirtió que “ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella…”

Es mejor vivir según los consejos y las instrucciones de Dios. Decida vivir de acuerdo a sus enseñanzas. Es más, decida por Dios mismo. Hay elecciones que determinarán el rumbo de nuestras vidas, de nuestras ciudades y nuestro país por pocos ó muchos años; pero hay una elección que determinará su vida por la eternidad. Hoy es el día de elección y sólo usted puede elegir para quien vivir. Si la mayoría no decide por Dios, que importa. Usted decida por aquel que Dios envió: a Jesús. Acéptelo como su único Señor y Salvador.




Publicado el 5 de octubre del 2010

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