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Mostrando entradas de agosto, 2009

Pare de Sufrir… Sí, pero Gratis

El eslogan: “Pare de sufrir” es muy atrayente. En tiempos de inseguridad, violencia, problemas familiares, enfermedades, preocupaciones financieras… ¿quién no quisiera librarse de todas esas angustias? Sobre todo si se anuncia que Dios mismo quiere ayudarlos. Sin embargo, muchos terminan siendo víctimas de falsos pastores que ofrecen “amuletos religiosos” y oraciones para “desatar” bendiciones divinas, a cambio de una “siembra” económica, que cuanto mayor sea, mayor será la bendición. ¡Cuidado! No hay que dejarse sorprender. Hay que advertir: Si alguien le pide dinero como condición para que Dios le bendiga, no le dé ni un céntimo. Las bendiciones de Dios no se pueden comprar. No vienen en objetos bendecidos ni rituales místicos. Dios no vende, no cobra, y mucho menos pone precio.

El compromiso de aprender a amar

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Hace un par de noches reflexionaba acerca del amor en el matrimonio religioso de dos jóvenes de nuestra iglesia. Ella llegó radiante, feliz, con una linda sonrisa y sus bonitos ojos humedecidos por las lágrimas. Y él,de pie en el altar, con evidente nerviosismo y emoción, recibía a la mujer que ama para vivir con ella, comprometiéndose públicamente a permanecer unidos “hasta que la muerte los separe”. En plena boda, ¿quién de los presentes se atrevería a dudar de su amor? (que conste que el vino desde lejos usando su libre albedrío para “llevársela”; y ella voluntariamente hizo los preparativos de su boda con meses de anticipación). Sin embargo, aunque nadie duda del amor que se tienen y de la sinceridad de sus votos; para cumplir con su compromiso, no basta con decirlo. Todavía tendrán que aprender a amarse.